Cómo ganar en el desierto 2

Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y fue llevado por el Espíritu al desierto, donde durante cuarenta días fue tentado por el diablo. Me comí nada durante esos días, y al final de ellas que tenía hambre. El diablo dijo: "Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan." 4 Jesús le respondió: "Escrito está: No con solo el pan vive el hombre doth '" – Lucas 4: 1-4

Jesús ya en el desierto era cuarenta días. Él estaba en un ambiente seco. Tenía hambre. El hambre significa falta de alimentos. La escasez de alimentos es lo contrario de la abundancia. Antes ya podemos decir que Jesús estaba viviendo un período de crisis. Un período de gracia. Un período de crisis.

Echemos un vistazo a cómo fue que el Señor Jesús pudo vencer al diablo en esa situación de crisis. Vamos a ver cómo peleó y qué fue lo que le dio la victoria.

Lo hacemos a continuación un breve estudio de la situación. Para que lo haremos. Vamos a llamar al Diablo "crisis".

La crisis ha invertido la primera vez en contra de Jesús:

– "Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan."

Jesús rechazó el ataque contra la crisis con la palabra de Dios:

"Escrito está: No con solo el pan vivirá el hombre '"

Esta es nuestra primera lección:

La crisis puede ser la forma en que ella es. Puede ser una pequeña ola puede ser tsunami. No importa. Para superar la crisis humana no sólo puede confiar en la fuerza de su brazo. No podemos pensar que nuestra vida se basa únicamente en lo que miramos a nuestro alrededor o en nuestros deseos y necesidades. Nuestras vidas están ocupados, primero, por la voluntad, la Palabra y la fuerza de nuestro buen Dios.

Pero Jesús le respondió: Escrito está: No con solo el pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Mateo 4: 4
 
La palabra que sale de la boca de Dios será siempre la vida. Era la vida de Jesucristo y siempre será la vida para todos los que creen en la fuerza y ​​el poder de la misma.

 

Tentación significa inducir a alguien para hacer el mal. Eso es lo que el diablo hizo con nuestro Señor Jesucristo, que traté de hacer nuestro pecado Señor Jesús, pero lo único que consiguió fue otra derrota él antes de que el Señor de la gloria.

Confieso que el hecho mismo de Dios han llevado al Señor Jesucristo en el desierto, para ser tentado me causó una gran cantidad de extraño, pero después de pensar un poco acerca de este pasaje, pronto vino a la mente que nuestro Dios es un Padre amoroso, Él nunca se rinde o hacer cosas malas con sus hijos.

El hecho de que Él llevó el Señor Jesús en el desierto, ¿por qué lo habría hecho lo que hizo, que no sabemos. Sólo sabemos que este pasaje de la tentación en el desierto nos dejó una lección muy importante es: ¿Cómo debemos comportarnos en situaciones similares a la que el Señor Jesús se enfrentó.

Vamos a ver cómo podemos poner en práctica en nuestras vidas estas lecciones valiosas:

Observando la mejor palabra vemos que el Señor Jesucristo fue lleno del Espíritu Santo y Dios mismo lo llevó al desierto para ser tentado.

Este mensaje de hoy el Espíritu Santo nos ha enseñado que incluso cuando estamos llenos del Espíritu Santo de Dios también podemos ser objetivos de la tentación del diablo. Por eso. es como la palabra nos aconseja, debemos orar y ver siempre.

Y cuando nos damos cuenta de que el diablo está tratando?

Cuando nos damos cuenta de que estamos siendo conducidos a hacer el mal. Si miramos con atención y nos damos cuenta en nosotros algún pensamiento, actitud o gesto que podría llevarnos a hacer el mal es una señal clara de que debemos armarnos con la palabra de Dios con el fin de enfrentar el diablo, pues de este modo está actuando de nuestras vidas.

Y cómo hacer frente a las tentaciones del diablo?

Cuando nos damos cuenta de que estamos siendo atacados por el mal, lo primero que debe hacer es mantener la calma, sereno y vaciado. Y allí, en el desierto de nuestros pensamientos, emociones y sentimientos que debemos buscar una palabra de Dios que nos guíe, dar confianza y deshacerse de los ataques del maligno.

Así que también nosotros, como el Señor Jesucristo, valientemente resistir todos los ataques del mal, debemos apoyar sólo en la palabra de Dios y nada más

Es en el desierto de nuestra existencia, está en el desierto de nuestras opiniones, nuestras fuerzas que podemos oír la voz de nuestro Dios y por lo que encontrar la salida y la salvación de nuestro Soberano Señor la plenitud es para todos nosotros.

Amén y gracias a Dios. Estancia en la paz del Señor Jesucristo.

Edilson Rodrigues Silva

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