¡Cuidado! Hoy podría ser peor que ayer

¡Cuidado! Hoy podría ser peor que ayer

Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, están enredándose otra vez, y superar, se ha convertido para ellos las últimas cosas peores que el primero.
2 Pedro 2:20

24 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí.
25 Y venida, piensa barrida y adornada.
26 Entonces va y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el estado final de aquel hombre resulta peor que el primero. –
Lucas 11:24 26

Es por eso que no podemos alejarnos o incluso un segundo de la protección y la amistad de Dios, el Señor Jesucristo y el Espíritu Santo de Dios. Con la Santa Trinidad: la confianza de la fe y la esperanza. Sin la Santísima Trinidad: ¡Nada!
Estimado, debemos tener mucho cuidado con las cosas de la vida cotidiana y el mundo en general. Velar y orar. Mucha gente piensa que porque ya están limpios por las maravillosas palabras del Señor Jesús, y por la presencia eficaz del Espíritu Santo de Dios en sus vidas que ya no son vulnerables al pecado y el padre del pecado.

La cosa no es así. Para el enemigo está en nuestro entorno que buscan devorar. Él está a la espera de un resbalón, una mirada, un pensamiento, un deseo impropio, una mala acción para atacarnos y nos dominar.

El Señor Jesucristo nos advirtió que debemos estar siempre apoyado en la Santa Palabra de Él. La Palabra de Dios es nuestra espada contra los asaltos del enemigo. ¿Quién no está en estrecha comunión con la Palabra de Dios mediante la lectura de la Biblia o escuchando la predicación de los hombres de Dios están con su sistema de defensa sin protección y está muy expuesta a los ataques del mal. Debido a que esta persona corre un grave riesgo en cualquier momento ser dirigidos por el diablo.
Debemos orar y vigilar constantemente para que, en un momento de debilidad alguna, no vamos a hacer ningún deslizamiento y con eso vamos a llorar nuestro Dios de Amor.

Mi Dios y mi Padre, en el nombre poderoso de nuestro Señor Jesucristo y el Espíritu Santo de Dios, por lo tanto, nos fuerza, la comprensión y la perseverancia de modo que nunca separado de su compañía ni sus maravillosas palabras de vida y amor.

Sabemos lo mucho que somos débiles y pecadores. Sabemos que si caminamos por nosotros mismos no serán protegidos. Sólo el Señor tiene el poder para darnos la sabiduría, fortaleza y perseverancia para seguir nuestro viaje con la Santísima Trinidad en perfecta santidad.

Amen y Gracias a Dios.

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