El precio de la redención

el precio de la redención

¿Qué, pues? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?
2 No, en absoluto. Los que hemos muerto al pecado, viven aún en él?
3 ¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo; para que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.
5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo seremos en la semejanza de su resurrección;
6 Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea con el fin de no servir al pecado.
7 Porque el que ha muerto ha sido justificado del pecado.
8 Y si morimos con Cristo, creemos que también viven con él;
9 sabiendo que Cristo, habiendo resucitado de entre los muertos, ya no muere; la muerte ya no tiene dominio sobre él.
10 Porque en cuanto murió, de una vez por todos murieron al pecado, pero la forma de vivir, vive para Dios.
11 Así también vosotros, consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús.
12 Por tanto, no reine el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;
13 Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad; pero vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.
14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley sino bajo la gracia. – Romanos 6: 1-14

Es una inmensa alegría al recibir de Dios el Padre tales palabras como revelador. Hoy, entregaron la vida equivocada y suciedad del pasado y lleno de dones y virtudes que el Espíritu Santo de Dios ha dado gratuitamente, vivimos en paz con el Señor Jesucristo y con los hijos de Dios. ¡Gloria a Dios!

A medida que nuestro Dios es maravilloso!
¿Cómo sería si no tuviéramos el Señor Jesucristo para liberar y guardar las garras del pecado y la muerte. El mundo está ahí y tenemos que vivir. A menudo se complica por qué no hemos complacer las muchas cosas que los que no conocen al Señor Jesucristo todavía practican. No es algo que los fanáticos o los locos. Ya no podemos vivir las cosas mundanas como antes, no porque no queremos, o no puede, sino porque nos encontramos con otra vida, una vida mucho más interesante y fresco.

Hoy sabemos muy bien que las cosas del mundo, aparentemente buenas, atractivas, hermosas, emocionantes, emocionantes, vibrantes y alegres después resultan ser y mostrar sus verdaderos colores y miradas que son lo efímero, vacías, superficiales y en algunos casos que sólo conducen al dolor, el sufrimiento y hasta la muerte.

La novedad es que el Señor Jesucristo nos ha dado una nueva vida, y con esta nueva vida, Él nos pide que tome en consideración y que constantemente han Santidad el enorme precio que se pagó como rescate por cada uno de nosotros. Porque la palabra de Dios dice que el precio de cada uno de nosotros, nuestras regatas, no fue ningún valor. No había toneladas y toneladas de oro o diamantes, deje pilas solos y pilas de dólares y sí, la sangre sagrada y preciosa de nuestro propio Dios en la persona de nuestro Señor Jesucristo dio a sí mismo en sacrificio por nuestra vida. ¡Qué maravilloso Dios es eso? ¿Qué es este increíble sensación de que el movimiento?

Nuestro Dios y tremendamente fantástico!

Dios al ver que ya no había qué hacer Mismo decidió tomar la forma limitada de un hombre para dejarnos un ejemplo real de la conducta y el amor. Nuestro Dios del Amor vino a ofrecer un sacrificio para darnos la libertad, para salvarnos y darnos vida eterna con Él.

Esto es demasiado hermoso! Gracias mi amado Dios el Señor de Señores y Rey de Reyes.

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
2 Este era en el principio con Dios.
3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.
4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres;
5 Y la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la vencieron. –
Juan 1: 1-5

16 Porque tanto amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, mas tenga vida eterna.
17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.
18 El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado; porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
19 Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. – Juan 3:16 al 19

Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. – 1 Corintios 6:20

En el momento en que el Señor Jesucristo fue entre nosotros muchas personas no creían en sus palabras. En ese momento la gente no tenía mucha información y no la cultura. Sin embargo, hoy en día, con la enorme cantidad de información y la cultura muchos todavía insitem para rechazar el nombre y el testimonio del amor verdadero Señor de nuestras vidas, nuestro Dios, el Señor Jesucristo.

Señor Dios, en el nombre del Señor Jesucristo, roguemos al Señor que envíe su luz a los corazones de todas las personas que aún viven en el mundo de las tinieblas y la oscuridad. Padre! Ten piedad y misericordia de todos nosotros y nos lleve a la vida eterna.

¡Amén! Y gracias a Dios.

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