Cómo pasar por el sufrimiento

Cómo pasar por el sufrimiento

2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,
3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia; 4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin faltar nada.

12 Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque recibiréis la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman.
13 Que nadie, siendo tentado, digo, me siento tentado de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal ni él tienta a nadie.
14 Pero cada uno es tentado cuando es atraído y seducido por su propia concupiscencia;
15 Entonces la concupiscencia, que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. – James 1: 2 a 4 y 12 a 15

El Espíritu Santo de Dios, por medio del apóstol Pablo nos aconseja observar el sufrimiento y las pruebas con otra mirada. Él nos enseña a mirar con los ojos de la fe y el desarrollo de nuestra relación con Dios el Padre.

Para los hombres del mundo estas cosas son muy difíciles de aceptar. Para ellos esto es una locura. Nuestros sufrimientos y las pruebas son similares a proceso de purificación del oro. En primer lugar el metal tiene que pasar por el fuego para quemar las impurezas más gruesas. Para mayor refinamiento es necesario pasar por temperaturas mucho más altas de modo que se produce por fusión de los metales para separar el metal noble y otros. Sólo al final del proceso de oro valioso será completamente purificado.

Las pruebas y el sufrimiento en nuestras vidas asumen el mismo papel de la temperatura para el oro. De ahí nuestra firme esperanza para el futuro. A medida que el metal noble. Al final del proceso es el más puro y el más valioso y servirá para los trabajos más dignos y loables. Esta debe ser nuestra fe y perseverancia.
Cuando estamos sufriendo debido a algún problema o dificultad que tenemos en nuestro corazón la certeza de que lo haremos, en su momento, consolado y recompensados ​​por nuestra creciente y la fe valiente en nuestro Señor Jesucristo. Sólo creas! Él nunca nos abandona.

Ningún hombre es libre de tener problemas, tribulaciones, dolor o sufrimiento. Sin embargo, el Señor Jesucristo nos consuela y nos da su gracia para que, a partir de ahora, podemos sentir el delicioso sabor suave, de nuestra victoria es el resultado de nuestra perseverancia y confianza en el Señor.

Mi gracia es suficiente para ti, porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Así que de buena gana gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. 10 Por lo cual me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias por amor a Cristo. Porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. – 2 Corintios 12: 9, 10

El gran ejemplo del Señor Jesús Crucificado esa cruz humillante nos dice que para los hombres en el mundo que parecía continuar su humilde apariencia sufrió ninguna derrota y el fracaso del hombre. Sin embargo, Jesús era realmente el dolor, la humillación y el sufrimiento, llevando a la victoria de muchos. Fue en la debilidad y el sufrimiento de Jesús, que ganó el consuelo y la fortaleza para soportar el dolor y el sufrimiento.

Cuando soy débil, entonces soy fuerte. – 2 Corintios 12:10

Amen y Gracias a Dios.

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