Cómo liberarme de la envidia

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La envidia es un sentimiento malo. Puede destruir completamente a una persona, familia, mascotas, propiedades, negocios o cualquier otra cosa que pudiera ser el objetivo de la misma.

La persona que envidia a la otra que no sólo quiere lo que el otro tiene. Ella, la persona envidiosa, pero ella quiere lo que el otro tiene, ella todavía quiere la destrucción de la persona envidiada. La persona envidiosa quiere tener y quiere disfrutar solo lo que está en el otro. Por otra parte, la persona envidiosa única satisfecha por completo cuando se puede lograr su objetivo y seguir con lo que es el otro y causar la destrucción completa de la persona envidiada. Es por ello que la envidia es conocido como el padre de todos los pecados.

Es algo mal en el extremo. Es una expresión importante del malvado enemigo de Dios y del hombre que se someten sus cosas. Por desgracia, vivimos en este mundo de pecado y abrumados por la corrupción y el padre del pecado y por lo tanto estamos sujetos a todo esto.

Cuando el demonio seguía siendo un ángel de luz y vivió al lado de nuestro Dios. Un día, nadie sabe por qué o cómo, la envidia, la codicia y el mal nace en su corazón y que quería ser similar o mayor que nuestro Dios creador de todo el universo.

Fue con este objetivo en mi corazón que él comenzó a hacer todo lo posible con el fin de lograr sus malvados planes. En primer lugar, que invirtió en la mentira y la calumnia causando con ello un tercio de los ángeles del cielo entró en la conversación se volvería contra él y el Creador Supremo.

A partir de ese episodio no era posible que el diablo continuó viviendo con el Señor y él terminó, junto con sus seguidores, ser expulsado de nuestra empresa a Dios Todopoderoso.

Por desgracia, llegó a estar aquí. Y mientras que nuestro Dios había pasado muchas pautas para Adán y Eva, mostrándoles lo que podía y lo que no podían hacer. Se rebelaron y dieron más crédito y confianza a la conversación del diablo que a las directrices de nuestro Dios. ¡Eso mismo! Al igual que muchos hombres y mujeres siguen haciendo hoy en día.

Debido a esto, hoy nos morimos, no podemos vivir al lado de nuestro Dios y estamos sujetos a todas las malas consecuencias del pecado.

Como podemos ver en el enemigo de Dios no puede acercarse lo suficiente. El diablo es el padre de la mentira y el señor de pecado hasta el día de hoy, se usa y abusa de sus dispositivos para infectar con mentiras, con la codicia, con la calumnia, de celos y envidia los corazones de los hombres y las mujeres.

Todo esto lo hace con el claro objetivo de seguir hijos e hijas que hacen éstos comienzan a desconfiar e incluso desacreditar a que nuestro Dios es un fuerte y poderoso Dios viviente, que es el bien más elevado y que de Dios corrupta Él nos ama como nadie nos puede amar.

Ok! Ahora sabemos que la envidia es una realidad. Por lo tanto, ¿qué haremos?

No mucha gente sabe cómo luchar contra este tipo de situación y terminan recibiendo clase de modas neuróticos y llenos de todo y de todos. Ellos terminan pensando que todas las personas son celosos de ellos.

Querido! No hay manera de saber quién es o quién no es celoso de nosotros. Sólo nuestro Dios tiene el poder para sondear el corazón del hombre, sólo Dios conoce nuestros sentimientos que el otro nutritiva para nosotros.

Además no tenemos para sondear el corazón del hombre, que no tiene el más mínimo poder para luchar contra la envidia ni contra el padre de la envidia. Ahora! Si no podemos luchar contra la envidia ni contra el diablo, y ahora? ¿Que hacer?

¡Es eso mismo! No tenemos ninguna condición para enfrentar estos problemas. No tenemos ninguna fuerza o poder que puede combatir la envidia ni contra el padre de la envidia, pero nuestro Dios Todopoderoso tener. Es en Él que debemos poner toda nuestra confianza y esperanza, es a Él que siempre debemos acudir a Él lejos de nuestra vida familiar, personal, financiera o profesional de cualquier tipo de mala influencia o envidiar a alguien o algún espíritu maligno podríamos estar atacando a nosotros.

¿Y cómo:

Por la oración! Oremos:

Mi Dios y mi Padre, en el nombre glorioso del Señor Jesús Cristo, salen de mi vida todas las personas o los malos espíritus que podrían estar dispuestos a cualquier tipo de sentido de la codicia o la envidia de todas las cosas que pertenecen a mí, de todas las personas, animales, bienes materiales e inmateriales que el Señor ha puesto en mi vida.

Señor, en el nombre de su amado Hijo, el Señor Jesucristo, te pido que protejas con fuertes brazos todas mis relaciones, mi vida financiera, mi vida amorosa, mi matrimonio, mi vida profesional, mi trabajo, mi cuerpo, mi salud, mi mente, mi corazón y todas mis posesiones.

Mi Dios y Señor, el poderoso nombre del Señor Jesucristo, aumentar mi fe para mí entender de una vez por todas que la Santísima Trinidad está siempre presente en mi vida para proteger y me deshacerse de todos los ataques de mis enemigos porque donde la Santísima Trinidad habita el mal no tiene manera de prevalecer.

Gracias a Dios ya mi Padre. En el nombre de la victoria de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, en este momento le doy las gracias por su muy poderoso Espíritu Santo en mi vida y la vida de toda mi familia. También, gracias por su poderosa protección, liberación y la libertad de todo sentido de la codicia o la envidia.

Padre, en el Nombre del Señor Jesucristo, ahora te doy gracias por mi liberación de toda influencia maligna, pensamiento o sentimiento de envidia. Amén y gracias a Dios.

Estancia en la paz del Señor Jesucristo.

Edilson Rodrigues Silva

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