¡La oración, que Dios responde!

Señor mi Dios en el nombre glorioso del Señor Jesús, con toda fe y confianza me pongo en su santa presencia, para pedir por esa persona que está queriendo, o necesitando mucho, tener su oración atendida Oh mi Dios amado, su palabra dice que, para recibir una gracia, debemos siempre, orar, y pedir al Señor, todo lo que necesitamos, o queremos conquistar.

Sin embargo, mi Dios Querido, hay personas que buscan su presencia en oración, y están tristes. Personas que allá en el fondo del corazón de ellas, llevan un sentimiento de frustración y desánimo. Son personas que oran, esperan, y, conforme el tiempo va pasando, y que no observan cambios en sus vidas, acaban pensando así: yo oro tanto, hago ayuno, campañas y propósitos, pero nada funciona. Mi vida no va hacia adelante. ¿Será que Dios no me mira? ¿Se olvidó de mí?

Oh Dios mío Eterno, esa persona que me está oyendo ahora, tal vez sea alguien que tiene ese tipo de sentimiento. Quien sabe, esa persona es alguien que busca al Señor, con toda sinceridad es alguien que confía en el Señor que entrega las necesidades, dolores, preocupaciones, sufrimientos, y sueños de ella en sus bendecidas manos, pero ella no ve resultados en el corazón, y en el corazón que no sabe lo que está pasando esa persona busca hacer todo bien, pero su vida no cambia Las cosas no suceden Todo queda en la misma

El amor de mi vida es el amor de mi vida, mi amor, mi amor, el amor, el amor, el amor, el amor, el amor, el amor, el amor, el amor, el amor, el amor, el amor. que mi Dios Salvador, con todo respeto y humildad, hoy me pongo a sus pies, para orar por esa persona, que está en esa situación, son amigas, y amigos, que llegan a la conclusión que algo no está seguro porque, aun orando y pidiendo al Señor no logran observar de hecho, un cambio en su vida

Oh Dios mío Querido, Hoy quiero orar por esa mujer, o por ese hombre, que por no ver cambios inmediatos en su vida acaba encontrando que el Señor, no oye la oración que ella hace. Que la oración de ella, está vacía que no funciona, y no logra tocar su bondadoso corazón. Dios mío, su bendecida palabra nos enseña que sus oídos están siempre atentos, a los pedidos de socorro de las personas justas que la oración del justo, tiene mucho poder y qué, si queremos recibir del Señor algo, que queremos, con mucha fe, confianza, y perseverancia

Sin embargo, mi Soberano Dios, lo que muchas personas no saben es que eso no quiere decir, pedir pedir. Su palabra dice que, para recibir algo del Señor, debemos buscarlo con todo nuestro corazón, y entendimiento. Creer que el Señor, de hecho existe creer que el Señor, tiene sí, todo poder para hacer, o deshacer cualquier cosa debemos creer que el Señor recompensa a aquellos que depositan toda su confianza, y esperanza en el Señor que debemos tener mucha fe, y la certeza absoluta que si es de su voluntad, y lo mejor para nosotros el Señor atiende prontamente nuestra oración, y que debemos siempre orar, sin jamás dudar de que, de hecho, el Señor Dios, tiene todo poder para atender a nuestro solicitud, y realizar cualquier cosa

Por eso mi Dios Libertador, con todo mi corazón, y humildad, hoy pido que el Señor bendiga poderosamente, la vida de esa querida amiga, o de ese querido amigo, que ahora está orando conmigo, y déles una fe tremendamente poderosa, una fe que no esté dominada por el conocimiento, o por la lógica del mundo, sino una fe sobrenatural, una fe inspirada por su maravilloso, y glorioso Espíritu Santo

Una fe que se base exclusivamente en su gran fuerza, y en su infinito poder. Una fe completamente enraizada en el Señor, que es el Gran Dios de Israel, el único Dios vivo, verdadero, y tremendamente poderoso Una fe que encuentra en el nombre victorioso, de vuestro hijo amado, el Señor Jesús, el único y verdadero intercesor entre el Señor y sus hijos Una fe que, de hecho, tienen la capacidad, para hacer su glorioso poder, y la victoria, manifestarse ricamente, en la vida de todas las personas, que confían en el Señor

Siendo así mi Dios Amado con toda humildad, yo pido por esa persona bendecida que me está acompañando ahora. En especial, yo pido que el Señor tenga piedad, y perdone todos sus pecados, pues su reveladora palabra dice que, cuando nuestro corazón no nos condena, tenemos confianza delante del Señor. Y dice también que, aquellos que buscan encubrir sus pecados, acaban haciendo que las bendiciones del Señor, sean bloqueadas en sus vidas, haciendo así, con que su vida no prospere, y no vaya hacia adelante

¡Oh Dios mío Eterno quien sabe, esa querida hermana, o ese querido hermano, que me está oyendo ahora, sea alguien que en algún momento se haya identificado con esa situación, que estoy comentando con el Señor, y puede preguntarse: y cómo puedo cambiar esa situación? ¿Qué tengo que hacer, para tener mi oración atendida por el Señor?

¡Oh mi Padre Glorioso, te pido a mi Dios, que el Señor grave en el corazón de esa persona que me oye, que la sagrada escritura nos enseña que es por medio de su Palabra, y de la vida, y de la resurrección victoriosa del Señor Jesús, que nuestra fe comienza, y es él quien la perfecciona.

Nuestra fe nace cuando oímos la palabra de Dios. A medida que vamos conociendo más, de las sagradas escrituras, nuestra fe también va creciendo, por qué aprendemos más, y nos inspira en la vida, en la fe, en las actitudes, y en la gran perseverancia, de los grandes héroes de la fe, en los que podemos encontrar en los muchos pasajes bíblicos.

Los héroes de la fe como Abraham, Gedeón, rey David, Profeta Elías, Eliseo, José de Egipto, Ana, la mujer del flujo de sangre, la mujer siro fenicia, el centurión que pidió por su siervo. Y muchas otras personas bendecidas, que nos dejaron, valiosos testimonios de una fe gigante, una fe completamente enraizada en la fuerza, en la presencia, y en el infinito poder de nuestro Amado Dios

Cuando entra en contacto con la vida, y con la fe de esas personas, que también fueron seres humanos como nosotros, dentro de nosotros, también nace una fe fuerte. Una fe que, al principio es pequeña, pero ella lleva dentro de ella, todo potencial para ser muy grande. Por eso el Señor Jesús nos afirmó que, si creyéramos en él, podríamos hacer lo que él hizo, como también, podríamos hacer cosas mayores.

Dios mío, amado, claro que nada de eso es fácil. Desarrollar una fe verdadera, y poderosa, es una misión espiritual que lleva un buen tiempo, tiene que entregarse de corazón, vida, y espíritu. Tienen que entrenar con frecuencia. Hay que hacer la fe actuar. Hay que practicar y hacer que la fe se materializa, empezando por las pequeñas cosas y necesidades, pues, si somos fieles en el poco, más el Señor nos dará.

Ante estas maravillosas palabras, mi Padre Amado, con toda confianza y respeto, pido que el Señor, toque fuertemente en el corazón, y en el espíritu de esa querida amiga, o querido amigo que me oye, y limpie el cuerpo, la emoción, los pensamientos, los sentimientos, las actitudes, y toda la vida de ella, de todo tipo de errores, y pecados. Perdone a esa persona querida mi padre amado, y derrame poderosamente sobre todas las áreas de su vida, su Santo Espíritu, para que Él le dé fuerzas, fe, entendimiento, y perseverancia para ella abandonar la vida de pecado, y abrazar una nueva historia . Una vida nueva, realmente feliz, y plenamente realizada, al lado de la Santísima Trinidad.

Oh Dios mío eterno, con toda fe, yo oro para que el Señor abra el entendimiento de esa persona amada, y pido que el Señor revele para ella que, la oración de ella, como la oración de cualquier otra persona, tiene sí, mucho poder y valor, siempre que su vida, esté alineada con vuestro corazón, con su Palabra, y con la obediencia a sus mandamientos.

Yo te pido también mi Padre Amado, que el Señor aumente poderosamente la fe de esa persona querida que me oye, y haga que, a partir de hoy, ella ya pueda ver realizada en su vida, todo aquello que, en su gloriosa presencia, ella busca fervorosamente en oración.

Oh Dios mío, Aumenta poderosamente la fe de esa bendecida mujer, o de ese hombre bendecido, para que ellos, por medio de la manifestación de una fe, realmente sobrenatural y poderosa, puedan ver en su vida, lo que los héroes y heroínas de la fe en el pasado. Personas comunes, así como ella que, con mucha determinación y perseverancia, pusieron su fe en acción, y vieron milagros, curas, bendiciones, y maravillas, suceder en sus vidas, y en la vida de muchas otras personas

Mi querida hermana, y mi querido hermano, por la fe en la gran fuerza y ​​en el tremendo poder del Señor Jesús, reciba ahora, en su vida, corazón, y, espíritu. La gran fuerza, y el infinito poder del Señor Dios de Israel, santidad, entendimiento, puertas abiertas, caminos libres, una fe sobrenatural, liberación, alegría, sabiduría, fortaleza de espíritu, entusiasmo, bendiciones sin medidas, y felicidad en todas las áreas de su vida. Amén, y gracias a Dios

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