Dios es fiel, y tú? 30 de julio, Perseverar es necesario.

Jeremías 13, 1 – 11

El Señor Dios me mandó comprar una ropa de abajo, es decir, un nuevo calzón, y vestirlo. Pero él dijo que no la lavara antes. Yo hice lo que el Señor mandó: compré el pantalón y vestí. Entonces el SEÑOR habló conmigo otra vez. Él dijo: Vaya al río Eufrates y esconda el pantalón en un agujero en la roca. Yo fui y lo escondí cerca del río Eufrates, como el Señor había mandado. Un tiempo después, el Señor me dijo que volviera al río y cogiera el calzón que él me había mandado esconder allí. Volví allí, busqué y encontré el lugar donde lo había escondido. Pero el pantalón se había podrido y no prestaba más. Entonces el SEÑOR me habló de nuevo. Él dijo: Así es como voy a destruir el orgullo del pueblo de Judá y el gran orgullo de Jerusalén. Este pueblo malo no quiere oír lo que digo y siempre ha sido terco. Ellos adoran y siguen a otros dioses. Por eso, van a quedar como esa ropa, que no presta más para nada. Y, como el pantalón es justo en la cintura, me gustaría que todo el pueblo de Israel y de Judá se quedara muy cerca de mí. Yo quería que ellos fueran mi pueblo para dar alabanza y gloria a mi nombre; pero ellos no quisieron obedecerme.

 

Deuteronomio 32, 18 – 21

Olvidó su protector; despreciaron a su Padre y Creador. El Señor lo vio, se enfadó y rechazó a sus hijos e hijas. Él dijo: "Yo los abandonaré y entonces veré lo que va a suceder con ellos, pues son un pueblo rebelde, son hijos desobedientes. Con sus imágenes provocaron mi ira, y me quedé con celos de sus dioses falsos. Por lo tanto, yo haré que se queden con celos de un pueblo que no es nación; y, con gente sin juicio, yo provocaré la ira de ellos.

 

Mateo 13, 31 – 35

Jesús contó otra parábola. Él dijo al pueblo: El Reino del Cielo es como una semilla de mostaza, que un hombre toma y siembra en su tierra. Ella es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando crece, se convierte en la más grande de todas las plantas. Ella hasta llega a ser un árbol, de modo que los pajaritos vienen y hacen nidos en sus ramas. Jesús contó más esta parábola para el pueblo: El Reino del Cielo es como la levadura que una mujer toma y mezcla en tres medidas de harina, hasta que se esparce por toda la masa. Jesús usaba parábolas para decir todo esto al pueblo. Él no decía nada a ellos sin ser por medio de parábolas. Esto sucedió para cumplir lo que el profeta había dicho: "Yo usaré parábolas cuando hablar con ese pueblo y explicaré cosas desconocidas desde la creación del mundo. "

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