Me temo que mi madre murió

Me temo que mi madre murió

Palabra de Dios para hoy vamos a ver cómo podemos aprender más sobre este tipo de preocupación, que es muy común y natural, no sólo cuando hablamos de nuestra madre, sino también cuando pensamos en todo nuestro otro ser querido tan querido.

Todo en este mundo tiene su tiempo; todo tiene su tiempo. Hay tiempo para nacer y un tiempo para morir. – Ecl 3: 1 y 2

Por desgracia, esta vida, esta es la única certeza que tenemos: Nos vamos a morir.

Los seres humanos son como la hierba del campo, y toda la fuerza de ellos es como un arbusto de flores. La hierba se seca y la flor se marchita, cuando el soplo del Señor pasa por ellos. De hecho, la gente es como la hierba. La hierba se seca, la flor se cae, pero la palabra de nuestro Dios permanece para siempre. – Isa 40: 6 a 8

¿Y cómo podemos trabajar mejor con esta cuestión del miedo a la muerte de un ser querido tan cara? La mejor manera de manejar esto es conseguir que su mente. Aún no sabemos cuando nuestro tiempo será o cuando será el momento en el otro. Una de las mejores maneras de trabajar con este tipo de preocupaciones es amar a su ser querido. No permita que este tipo de miedo. No pierda su tiempo con este tipo de pre-ocupación. El Señor Jesús nos enseñó:

Ningún pensamiento porque, para mañana, porque mañana se preocupará de sí mismo. Basta a cada día su propio mal. – Mateo 06:34

Todos tenemos miedo a perder a nuestros seres queridos. La mejor manera de trabajar con este tipo de preocupaciones es amar cada día más los que son nuestros mayores activos aquí en este mundo. Cuando hacemos lo mejor para ellos que estamos tomando nuestras supuestas vidas, culpa o remordimiento futuro que hacen que el momento de la muerte de un ser querido (a) se convierte en aún más sufrimiento. Así que siempre nos debemos perdonar, hacer lo posible para entenderse entre sí, tener paciencia, conocer las necesidades, acercarse, escuchar más, a participar, a compartir … En fin! Tenemos que, día tras día, amamos a nuestros seres queridos como si fuera nuestro último día de vida. Si en algún momento su mente, el pensamiento o el corazón es bombardeado con este tipo de miedo, no lo aceptan. Ruega a Dios y pedirle en el nombre del Señor Jesucristo, te librará de todos los miedos.

Sea ansioso por cualquier motivo; en cambio, son todas sus peticiones declaradas en la presencia de Dios por la oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. – Filipenses 4: 6, 7

Busqué al Señor, y él me oyó; Me libró de todos mis temores. – Salmo 34: 4

Un gran abrazo y estar con Dios

Edilson Rodrigues Silva

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