El Señor Dios es mi pastor, nada me faltará, 22 de julio

Salmos 22 o 23

El Señor es mi pastor: nada me faltará. Él me hace descansar en pastos verdes y me lleva a aguas tranquilas. El Señor renueva mis fuerzas y me guía por caminos correctos, como él mismo prometió. Aunque camine por un valle oscuro como la muerte, no tendré miedo de nada. Pues tú, oh Jehová Dios, estás conmigo; tú me proteges y me diriges. Preparas un banquete para mí, donde mis enemigos me pueden ver. Tú me recibes como invitado de honor y llenas mi vaso hasta derramar. Ciertamente tu bondad y tu amor quedarán conmigo mientras yo viva. Y en tu casa, oh Jehová, viviré todos los días de mi vida.

 

Efesios 2: 13 – 18

Pero ahora, unidos con Cristo Jesús, ustedes, que estaban lejos de Dios, fueron traídos cerca de él por la muerte de Cristo en la cruz. Pues fue Cristo quien nos trajo la paz, haciendo los judíos y los no judíos un solo pueblo. Por medio del sacrificio de su cuerpo, derribó el muro de enemistad que separaba a los judíos de los no judíos. Él acabó con la ley, junto con sus mandamientos y reglamentos; y de los dos pueblos formó un solo pueblo, nuevo y unido con él. Así fue como trajo la paz. Por su muerte en la cruz, Cristo destruyó la enemistad que había entre los dos pueblos. Por medio de la cruz, él los unió en un solo cuerpo y los llevó de vuelta a Dios. Así Cristo vino y anunció a todos la buena noticia de paz, tanto a ustedes, a los no judíos, que estaban lejos de Dios, como a los judíos, que estaban cerca de él. Es por medio de Cristo que todos nosotros, judíos y no judíos, podemos ir, por el poder de un solo Espíritu, hasta la presencia del Padre.

 

Marcos 6: 30 – 34

Los apóstoles regresaron y contaron a Jesús todo lo que habían hecho y enseñado. Había allí tanta gente, llegando y saliendo, que Jesús y los apóstoles no tenían tiempo ni para comer. Entonces él les dijo: ¡Vengan! Vamos solos a un lugar desierto para descansar un poco. Entonces fueron solos en barco a un lugar desierto. Pero muchas personas los vieron salir y los reconocieron. De todos los pueblos, muchos corrieron por la orilla y llegaron allí antes de ellos. Cuando Jesús descendió del barco, vio a la multitud y tuvo pena de aquella gente porque parecían ovejas sin pastor. Y comenzó a enseñar muchas cosas.

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