Este mensaje te ayudará a pasar por el desierto
Hoy, su viaje en este mundo, su cuerpo, o cualquier otra área de su existencia está tan seca y sin vida, como un árido, duro y solitario desierto. Pero no se desespere. Creer! Hay sí, una esperanza y una salida para usted.
Hoy vamos a ver que, por más duro y sufrido que sea ese desierto que estás atravesando, el Poderoso Dios de Israel puede, y quiere conducirte, hacia un hermoso y refrescante jardín.
En Mateo 11:28 está escrito así: Vengan a mí, todos ustedes que están cansados de cargar sus pesadas cargas, y yo les daré descanso.
Cuando alguien pasa por un desierto sea el que sea, algunas cosas son muchas comunes: la falta de dirección, el miedo, el sentimiento de soledad, de abandono, de debilidad, de impotencia, de fracaso o de incapacidad.
Además de esas muchas necesidades que acabamos de comentar se suman otras carencias fundamentales como el hambre y la sed.
El hambre y la sed de superación, protección, fuerza, ánimo, justicia, alegría, entusiasmo, coraje, voluntad de vivir y de victoria.
En Mateo 5: en los versículos 4 y 6, y en el Salmo 84:12, está escrito así: Felices las personas que lloran, pues Dios las consolará.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues serán satisfechos. ¡Oh SEÑOR Todopoderoso, como son felices aquellos que confían en ti!
En Juan 7: de 37 a 38, el Espíritu del Dios Todopoderoso dice así: Si alguien tiene sed, venga a mí y beba. Como dicen las Escrituras Sagradas: "Ríos de agua viva van a brotar del corazón de quien cree en mí".
Es sólo en el desierto espiritual de nuestra vida, de nuestras opiniones, de nuestra poca fuerza, inteligencia y sabiduría, es que podemos, de hecho, oír con atención la voz del Dios Todopoderoso.
Es en el desafío de la travesía del duro desierto, que nuestro espíritu se acerca al Eterno Creador y puede recibir de él dirección, sabiduría y el agua de la vida que es su maravilloso Espirito Santo …
El cual, por medio de su gran compasión, bondadosa gracia y poder, puede darnos también: liberación, liberación, providencia, curación, perdón, amor, prosperidad, restauración …
Y todo lo que esté faltando, para que podamos tener una vida verdaderamente abundante, correcta, plena, restaurada, vencedora, feliz y completamente realizada.
Atravesar un desierto, sea cual sea, no es nada fácil. Esta dura, desafiante y desgastante jornada exige de nosotros bastante confianza, optimismo, fuerza, y mucha fe en la Santísima Trinidad para que podamos superar todos los peligros, barreras, obstáculos y desafíos del camino.
Por lo tanto, si se aferra con toda fe y corazón en el brazo fuerte y poderoso del Señor, él hará en su vida lo mismo que está escrito en Isaías 35: de 1 a 2. Allí está escrito así:
El desierto se alegrará, y crecerán flores en las tierras secas; lleno de flores, el desierto cantará de alegría. Dios lo hará tan hermoso como los montes Líbanos, tan fértil como el monte Carmelo y el valle de Sarón. Todos verán la gloria de Jehová, verán la grandeza de nuestro Dios.
Creer! ¡Tenga fe! Sí, el Dios Eterno te dará la victoria y cambiar toda tu historia. ¡Apenas crea! Él va sí, poderosamente, hacer que su desierto se convierta en un hermoso oasis, donde el agua de la vida es abundante, y está lleno de milagros, restauración, amor, paz, salud y mucha alegría.
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Un fuerte abrazo para ti y quédate con Dios.